La crianza respetuosa o disciplina positiva es una manera de criar a tus hijos de forma amable, enseñando a ser responsables y respetuosos, permitiendo así formar vínculos emocionales que le permitirán al niño definirse a sí mismos y a cómo perciben el mundo.
Para llegar a conectar con el niño debes saber reconocer y regular tus emociones, tener la capacidad de autoevaluarte y encontrar lo que has hecho mal, esto te ayudará con situaciones futuras. Ponerte en el lugar del niño te puede dar una percepción más cercana a lo que está sintiendo y como manejar la situación.
Sabiendo que ningún niño es igual a otro debe reconocer sus habilidades y debilidades, no debe forzarlo a hacer cosas para las cuales no se sienta preparado. Las reglas y los límites son esenciales en la crianza respetuosa, debe comenzar con cosas fáciles y lo suficientemente claras para que el niño pueda entenderlas.
Las expresiones del niño dicen mucho sobre su estado de ánimo, es completamente normal, esta es una oportunidad para enseñarles el autocontrol, preguntar que están sintiendo, por que lo están sintiendo, como quieren resolver el problema y lo más importante, si quieren hablar de eso, obligar y/o castigar al niño por no decir lo que siente solo hará que se sienta frustrado e incluso genere desconfianza hacia su tutor.
La calma será tu aliada en la gran batalla de la crianza, dejarse dominar por el enojo o los nervios sólo te hará perder tu posición de liderazgo frente al niño, el cual puede salir lastimado de esa situación, haz una pausa y respira lo más profundo que puedas, eres el lugar seguro y la persona en la que más confía; si llega a hacer algo mal, explica detalladamente el porque está mal lo que hizo, de esa manera él podrá aprender a reflexionar y a buscar otra forma de hacer las cosas.
Anima con determinación, el animar y elogiar a tu pequeño ayudará a construir su autoestima con cimientos sólidos, también lo ayuda a reforzar sus cualidades que le servirán en su proceso de crecimiento.
Recuerda atender a su llamado y escuchar sus preocupaciones, para ti puede que parezca una cosa insignificante, pero para el niño es un problema que necesita ser resuelto, el respeto hacia él es lo más importante, él confía en ti lo suficiente como para contarle que le está preocupando u molestando, abórdalo de manera gentil e intenta llegar a un acuerdo sin romper los límites, es importante que esté satisfecho con el acuerdo.
Aquí tienes unos tips que pueden ayudarte con tu proceso como educador:
- Comienza dando el ejemplo. Implementa buenos hábitos, los niños aprenden de lo que ven, su comportamiento será el reflejo del de sus padres, más que todo cuando están en sus primeros años de vida.
- Disciplinar, no castigar. La meta deseada es enseñar el control y los límites, los grito y los golpes solo generarán sumisión que puede ser perjudicial en futuro.
- Presta atención, a sus gestos y acciones de tu hijo. Esto refleja mucho lo que sienten, ya sea incomodidad o molestia.
- Escucha con atención. Los niños comúnmente tienen muchas que decir, si preguntas de forma amable y relajada podrás obtener las repuestas que necesitas con una actitud más tranquila de parte del niño.
- Sé parte de su crecimiento. Comparte experiencias, enseña pequeñas cosas cada día, conversa con él a diario, si no cuentas con mucho tiempo para compartir con el pequeño haz el esfuerzo de abrir un espacio para hacer algo juntos, cada cosa cuenta.
- Establece y sé firme con los límites. Explica el por qué pueden y no pueden hacer ciertas cosas, que no quede espacio para que sienta la curiosidad de sobre pasar los límites.
- Hazlo sentir involucrado. Pregunta que le gustaría hacer, que le apetece comer, que película quiere ver, que normas le gustaría implementar en su rutina hogareña.
Tener un hijo en casa significa que tienes 20 años para prepararlos para su vida como adulto, para darles todas las herramientas que necesitan para desenvolverse en el mundo por cuenta propia, eres el coprotagonista de la vida de tu niño, el amor y el apoyo siempre será lo esencial tanto para su crecimiento como para su maduración.
No des por sentado de que tus hijos saben que los quieres y que los aprecias, dile que los quieres y que los amas constantemente, dale los buenos días y pregunta si durmió bien, pregunta que fue lo que soñó, esto ayudará a reforzar la conexión con el pequeño.
No compares ni invalides sus esfuerzos, resaltar esta situación es completamente necesaria, todos los niños son distintos, aprendes de maneras y a velocidades distintos, no lo compares con nadie más, conoce a tu hijo y busca la manera más efectiva para él.
No condiciones el amor hacia el niño con amenazas, no le digas cosas como "si te sigues portando así no te voy a querer", "si vuelves a hacer eso ya no seré tu mamá/papá". No debes hacerle sentir que si no cumple con tus expectativas no merece ser amado, él debe saber que aunque haga las cosas mal es amado incondicionalmente por ti, en situaciones de alta tensión regula con calma tus sentimientos para que puedas ayudar a regular el tu pequeño. Puedes criticar sus conductas o sus acciones haciéndole saber que hizo mal, más no criticarlo a él como persona.
Piensa en que cualidades le quieres regalar a tu hijo, algo que le ayude a desenvolverse en su día a día, que lo ayude a ser una mejor persona. Eres una guía para tu pequeño, el aprendizaje y la formación se da día a día. Un árbol de manzana no da fruto de un día para otro, disfruta cada día al máximo.